JUAN ANDRÉS VIVANCO AMORÍN (23/05/1908 -
08/07/1987), fue un destacado ayacuchano que dedicó toda su vida al servicio
de los niños más necesitados de Ayacucho, niños huérfanos producto de la
violencia política de la década de los 80.
Hijo ilustre ayacuchano. Desarrolló actividades de solidaridad, ayuda al prójimo, que lo han encumbrado como un personaje DIGNO DE SER IMITADO por sus COTERRÁNEOS.
Una de las obras más importantes que habla del gran amor que inundó su alma, fue su afán de brindar apoyo, cariño y consuelo a los niños abandonados y huérfanos, inocentes víctimas de una etapa de sangre y dolor, con la construcción, piedra sobre piedra, delPUERICULTORIO que lleva su nombre, por el cual le mereció ser conocido como "EL ÁNGEL DE LOS NIÑOS".
Hijo ilustre ayacuchano. Desarrolló actividades de solidaridad, ayuda al prójimo, que lo han encumbrado como un personaje DIGNO DE SER IMITADO por sus COTERRÁNEOS.
Una de las obras más importantes que habla del gran amor que inundó su alma, fue su afán de brindar apoyo, cariño y consuelo a los niños abandonados y huérfanos, inocentes víctimas de una etapa de sangre y dolor, con la construcción, piedra sobre piedra, delPUERICULTORIO que lleva su nombre, por el cual le mereció ser conocido como "EL ÁNGEL DE LOS NIÑOS".
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Conocido como el "Papá Andrés", fundó el Puericultorio
junto al Comité Pro Puericultorio, el 20 de octubre de 1980, pero a raíz de la
violencia política, que dejó miles de muertos, aceleró su proyecto y el 14 de
mayo de 1981 puso la primera piedra del Puericultorio, en presencia de
autoridades políticas, civiles, militares y eclesiásticas. Así, logró dar un
hogar a los niños huérfanos de la violencia política y aún lo recuerdan como un
gran hombre, porque sus obras y ayuda al prójimo fueron constantes. También
implementó la biblioteca del colegio "Mariscal Cáceres" y a
raíz de su constante apoyo a la sociedad desamparada fue declarado como el
"personaje del año" en 1983, por el ex presidente de la República,
Fernando Belaúnde Terry. "A cada niño, a cada una de esas personas
pobres dale ayuda", decía Vivanco Amorin y hoy, muchos de sus hijos
del alma son profesionales de renombre, quienes agradecen por haberle dado
cobijo, alimentación, salud y la mayor herencia, una educación para salir
adelante. Este honorable hombre pasó su vida junto a la escritora Olinda
Chávez, autora de muchas obras de teatro. No tuvo hijos de sangre, pero sí un
gran corazón para dar atención a cientos de niños.
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